Una sonrisa de oreja a oreja cuando nos levantamos. Sí, parece una empresa imposible, ya que queremos seguir durmiendo, no atinamos los movimiento y poco a poco, casi como un rumor lejano, eclosionan las preocupaciones y obligaciones. Bienvenido, mundo, así nos recibes. Pero lo repetimos: siempre son necesarios unos buenos días. impuesto por uno mismo