Hay baños que solo cumplen una función práctica. Y luego están los otros: esos donde cada detalle tiene una historia, donde los textiles no solo abrigan, sino que evocan. Si decorar es una forma de contarnos, entonces el baño merece más que un espejo bonito y una grifería brillante. Merece toallas con historia. Con carácter. Con herencia.Y si hay un criterio decorativo que jamás falla, es el de nuestras abuelas. Ellas sabían. Sabían de texturas, de bordados, de ajuares eternos que pasaban de ...