Siempre que siento ese rico olor a tortilla de patatas, vuelvo mentalmente a casa de mis padres. Ese rico aroma a hogar y comida recién hecha. A todos nos pasa con algunos platos y yo tengo unos cuantos que me transportan a aquellos años. ¡¡Y qué rica y única era la tortilla de mamá!! A ella, como a mí, le gustaba cuajadita pero jugosa, no soportaba al igual que yo las tortillas de patatas lloronas. Y en mi casa es la única que me perdonan que sea así, a mi gusto, pues le han tomado afición…