No sé si les habrá pasado a ustedes, pero yo nunca tenía tiempo (es una forma bonita de decir que me daba muuuuucha pereza) de ponerme con mi remalladora, y entender su funcionamiento al 100%. La compré, ajusté la tensión, y ea, a coser. Nada de plantearme para qué serviría esto o lo otro. Si cambiaba de tela, volvía a regular la tensión (al tuntún, como lo llamo yo), y otra vez a coser. Llevaba tiempo queriendo hacerme una tabla, para dejarme de tanto "tuntún", así que aprovechando que…