Hay casas que simplemente nos hacen soñar y luego están los casoplones que nos dejan sin aliento. Hay viviendas que son simplemente hogares, y luego están esas propiedades de lujo que parecen sacadas de una película. Esas mansiones de revista, con techos altos, piscinas de ensueño y jardines perfectamente cuidados en las que arquitectos e interioristas dejan volar su imaginación, siempre con el permiso de los propietarios.