Suave la mañana se despierta, abraza los sentidos, es momento del silencio, de la complicidad que serena habita las sábanas, ondas sueltas se dibujan entre miradas que van unidas como el aroma del café a la piel, se esparcen por la habitación, ronda cada sonrisa, juega con el aire, se beben sin prisa los besos que los rayos del sol regalan sobre los labios. El frío comienza a filtrear con el verano, que remilgoso huye de sus caricias, ronroneos de motores a la distancia, la calle llamándonos…